21 de agosto de 2011

Mahagandayon, con los hijos de Buda

En algún lugar entre las cuatro capitales reales birmanas (Mandalay, Inwa, Sagaing y Amarapura), a orillas del gran río, el monasterio Mahagandayon reúne todos los días para comer a mil quinientos fieles de Gautama Siddhartha, listos con sus oscuros cuencos vacíos en una línea de hormigas hambrientas y con tan poco pelo que hasta son visibles los picotazos de la difícil vida birmana. Muchos de estos monjes aprovechan su tiempo en el monasterio- un mes, un año, una vida- para formarse en la doctrina y el conocimiento, salvando el vacío que la educación pública deja en un país en el que pagar las almidonadas camisas de los coroneles es más importante que enseñar a leer.
Marmitas de arroz se vacían a ritmo cuartelero. Sentados en el suelo con las piernas cruzadas los comensales tragan en silencio y abandonan los comedores satisfechos, prestos a sus baños y a la lectura de las enseñanzas para el espíritu, en busca del nirvana.
No muy lejos de allí, en el Irrawaddy, se encrespan 1200 metros de madera de teca formando un puente tan esbelto y hermoso que por sí solo forma un paisaje, aunque su entorno no desmerezca del mejor lienzo impresionista. Se trata del puente U Bein; con esa "U" birmana antes del nombre como muestra de trato respetuoso, ganado a pulso.
Los tablones crujen en un arco convexo que se pierde en la orilla contraria; en la parte baja de los pilotes el agua mansa se arremolina, mientras que en sus salientes la madera está resquebrajada por el paso del tiempo, tan anciano que no distingue árboles vivos o muertos. El postre de este suculento pastel nos lo trae el cielo, que amenaza con romperse y desplomarse cuando las grises nubes de tormenta crepitan en esta llanura sin eco, donde el relieve es tan sencillo que las cumbres son las copas de los árboles.

1 comentario:

  1. Esta vez no sé decirte qué foto me gusta más, ¡ me gustan todas! ^_^ El paisaje desde el puente es precioso...y ese desfile interminable de tonos anaranjados y carmín de las túnicas es un recuerdo imborrable, aún más gracias a tus bonitas fotos...

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