23 de febrero de 2012

Senos y cosenos

Si algo me confundía y aturdía en mi etapa de estudiante, era que cada profesor entendiese de forma distinta lo que es cóncavo o convexo- maestrillos y librillos-. No hay nada más desconcertante que definiciones opuestas un año sí y otro también.
Ahora soy yo el que puede deformar la realidad con el objetivo ojo de pez (8mm de distancia focal y 167º para abarcar espacios infinitos), consiguiendo ángulos desconcertantes, sinuosas deformaciones y curvas exageradas.

1 comentario:

  1. El ojo de pez en la vida es de lo mejor que te puede suceder, ojalá todos los cristales de mi casa fueran ojo de pez, pasaría menos tiempo viendo la tele embobada con la realidad fuera de casa (a través de mis ventanas, claro está) :-)

    ResponderEliminar