13 de agosto de 2012

Sobre los pasos en Hondarribia

Serán caprichos de Guadalupe, o de San Marcial...
Había pasado mucho tiempo deseando conocer Hondarribia, la Bahía de Txingudi y sus alrededores, pero nunca imaginé visitar la zona tres veces en menos de un año.
El mar en la desembocadura del Bidasoa sigue tranquilo, como la primera vez, con la flota amarrada y el barquito que hace las veces de taxi para conectar con Hendaya, dando paseos arriba y abajo, por 1,70€. La parte vieja, empedrada y tranquila, continúa esperando el Alarde para rendir sus ecos; mientras, sólo los niños ponen melodía a estos balcones, tan simples como encantadores. El monte, vasco y verde, claro.
En un año poco puede cambiar en una escenificación tan perfecta de las costumbres y el estilo de vida, así que sólo traemos algunas fotos y la historia de un gato escurridizo, celoso de quien pisa su parque sin maldad y cagueta con el que puede tenerla. Será que se las sabe todas.
Y una última foto, infiltrada: un atardecer cualquiera en Elorrio, en el Duranguesado vizcaíno.

1 comentario:

  1. Dios mío, de repente te envidio un montón, quién pudiera visitar esos sitios tan preciosísimos!! Espero que lo hayas disfrutado, y que mi hermana haya comprado macarons para su gusto y deleite jeje mil besos a los dos ^_^ Agur!

    ResponderEliminar