11 de enero de 2013

La apnea del cangrejo

¿Quién se ha planteado alguna vez la existencia desde una roca sobre la que constantemente azota Neptuno? Yo hasta hace unas semanas desde luego que no, pero ahora sé que no debe ser sencilla.
Los cangrejos aguantan los embates del océano ferozmente, con el descaro y la soberbia de sus pocos gramos aplacando cientos de embestidas sobre su exoesqueleto, anclados por efímeros puntos de apoyo. Son capaces de huir, transportar, desplazarse en pendientes inverosímiles y hacer equilibrismo transitando entre peñascos húmedos que casi los invitan a volar.
Por si fuera poco, bajo agua, una ola detrás de otra, aguantan impasibles más que muchos humanos. La adaptación, cuestión de evolución.

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